En esta serie no será la única visita al maestro Kubrick. Como un gurú o un profeta de nuestro tiempo, Stanley supo leer en los renglones ocultos de nuestra sociedad y profetizar un cáncer que se filtra por cada resquicio de nuestras vidas: el odio, la agresividad, la violencia aferrándose a cada rincón del alma más noble.
¿Quién no se estremece viendo marchitarse el espíritu del más noble recluta de los mariner? ¿Quién no se aterra viendo desvanecerse y palidecer los cada vez más lejanos vestigios de lo que fuera su alma? ¿Quién no sintió, por mínima, cierta alegría en el horror cuando Patoso se cobra su venganza?